De niño, para Víctor Drija el baile era una cuestión de rutina. Sólo cuando estaba en clases en el colegio no veía a sus padres hablando o ensayando alguna coreografía. Así que su destino no podía ser otro que fuera más allá de pegar brincos, cantar y actuar. Tanto que, afirmó, nunca se lo ha planteado, porque para él el baile y el espectáculo es algo demasiado normal.
A pesar de lo que le han enseñado sus padres (Anita Vivas y Antonio Drija) y de las puertas que se le han abierto, ¿qué ha sido lo más importante de su carrera?
Cuando decía que no consideré la posibilidad de hacer otra cosa es porque, realmente, no me veo en otro ámbito. Por lo menos, no por muchos años. Para mí bailar, cantar, formó parte de mi crecimiento, no un extra. Me gusta mucho lo que hago y, creo, que de haber nacido en otra familia, igual lo hubiera hecho. Dios me dio la dicha de nacer en esta y se me hizo todo más fácil.
¿Le ha pegado el distanciamiento de su padre y de su hermano mayor?
Cuando terminé el bachillerato me fui cuatro años a Estados Unidos acompañando a mi padre y allá tuve ocasión de trabajar como bailarín y corista de artistas reconocidos. Me llamaron para la serie Somos tú y yo y me quedé. Pero siempre voy a visitar a papi a Las Vegas, donde le renovaron el contrato un año más en el Circo de Soleil. En cuanto a George, está en Nueva York, esperando por otra obra en Broadway, ya que se terminó la temporada de The West Side Story.
¿Siente alguna frustración de que ellos están allá y usted aquí?
Para nada. Lo que tengo es nostalgia de ellos, de mi familia. Pero me encanta que les vaya bien, que tengan trabajo por hacer. Yo también estoy aquí muy ocupado en mis proyectos.
Últimamente ha sido noticia por la música, ¿dejó la actuación?
Para nada. Me han hecho tres propuestas serias. Dos aquí y una afuera y estamos tratando de compaginar todo, porque ahora estoy metido en esto, pendiente de que salga en febrero el disco a la venta, porque es una deuda que tenemos con el público. La primera impresión del disco salió mala y la fábrica tuvo que repetirla. Luego viene la promoción, la gira.
En ese compaginar, ¿cómo hace para no abandonar a su novia, la periodista Carolina Padrón?
Desde su firma con Espn tuvo que mudarse a México, por lo que viajo con frecuencia. Hasta ahora, el amor ha sobresalido y hemos superado la distancia. Es la primera vez que hablo y confirmo nuestra relación.
¿Dónde quedó Maryluchi?
No sé de dónde salió eso. Sólo la vi en Brujas. Salieron cuentos de todo tipo sin ser ciertos. Al punto que me dijeron que ella se ofendió.
A pesar de lo que le han enseñado sus padres (Anita Vivas y Antonio Drija) y de las puertas que se le han abierto, ¿qué ha sido lo más importante de su carrera?
Cuando decía que no consideré la posibilidad de hacer otra cosa es porque, realmente, no me veo en otro ámbito. Por lo menos, no por muchos años. Para mí bailar, cantar, formó parte de mi crecimiento, no un extra. Me gusta mucho lo que hago y, creo, que de haber nacido en otra familia, igual lo hubiera hecho. Dios me dio la dicha de nacer en esta y se me hizo todo más fácil.
¿Le ha pegado el distanciamiento de su padre y de su hermano mayor?
Cuando terminé el bachillerato me fui cuatro años a Estados Unidos acompañando a mi padre y allá tuve ocasión de trabajar como bailarín y corista de artistas reconocidos. Me llamaron para la serie Somos tú y yo y me quedé. Pero siempre voy a visitar a papi a Las Vegas, donde le renovaron el contrato un año más en el Circo de Soleil. En cuanto a George, está en Nueva York, esperando por otra obra en Broadway, ya que se terminó la temporada de The West Side Story.
¿Siente alguna frustración de que ellos están allá y usted aquí?
Para nada. Lo que tengo es nostalgia de ellos, de mi familia. Pero me encanta que les vaya bien, que tengan trabajo por hacer. Yo también estoy aquí muy ocupado en mis proyectos.
Últimamente ha sido noticia por la música, ¿dejó la actuación?
Para nada. Me han hecho tres propuestas serias. Dos aquí y una afuera y estamos tratando de compaginar todo, porque ahora estoy metido en esto, pendiente de que salga en febrero el disco a la venta, porque es una deuda que tenemos con el público. La primera impresión del disco salió mala y la fábrica tuvo que repetirla. Luego viene la promoción, la gira.
En ese compaginar, ¿cómo hace para no abandonar a su novia, la periodista Carolina Padrón?
Desde su firma con Espn tuvo que mudarse a México, por lo que viajo con frecuencia. Hasta ahora, el amor ha sobresalido y hemos superado la distancia. Es la primera vez que hablo y confirmo nuestra relación.
¿Dónde quedó Maryluchi?
No sé de dónde salió eso. Sólo la vi en Brujas. Salieron cuentos de todo tipo sin ser ciertos. Al punto que me dijeron que ella se ofendió.
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